Lo que había en mi pecho
se agitaba en el cielo
como un pez.
El espacio era agua dorada
y rosa.
Las plantas nadaban en mí,
los animales bebían.
Me convertí en un hombre petiso
con barba.
Me subí a un banquito.
Voy a nacer mañana, anuncié.
Tendré una vida finita,
a ver si puedo recordar quién soy
naciendo joven e inexperto.
Cómo sabes que volverás a ser tú?
preguntó una amiga
y se transformó en zapato.
Quizás me tome muchas vidas, respondí.
Pertenecía a un pie derecho invisible,
no me contestó.
Giselle Joandet
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