Eclipse

Nací con hematomas que el agua bendita
no puede borrar.
Aún me acecha tu verdugo galope, el alarido
de herraduras estrellándose con las piedras de
mis caminos sepultados.

El jinete de pelo zigzagueante traspasó
los umbrales de alucinaciones, solo para decirme:
“Ten cuidado, el miedo opaca la fricción, tus temblores
van a incinerar el lugar” al partir , tocó mi frente y con
su tacto evaporó el lunar que me pintaba.

Corrí hasta un galpón, sujetándome la cara, hallé
un espejo, me atemorizó la imagen que proyectaba.
Todo indicaba que esa era yo, pero las líneas me
Resultaron ajenas.
Ahora recorro las mismas calles esperando por
el abrumador sonido.
nadie consigue interrumpirme; Quemaré mis
ganancias en busca del lunar en la frente.